Siempre he entendido que descanso es sinónimo de estirar las piernas. Una simple silla solo me ofrece una relativo alivio a la fatiga, por eso bendigo al inventor de la chaise longue que eleva mis piernas, pero me deja el resto del cuerpo todavía ojo avizor, bien para controlar el horizonte o fijar la vista en una lectura interesante o una labor entretenida.
Llega el verano y este mueble se enriquece colocado en una terraza al sol. Nos va a cargar de vitamina D y un precioso bronceado, por no hablar de esas tertulias con café y refrescos junto a los amigos.
Ahora bien, visto de este modo, nos prepara unos momentos relax en pareja, ideales para compartir confidencias del día, dejando fluir las emociones tête a tête y ligeros los pies.
Echad un vistazo a vuestra terraza e imaginad la decoración que se adapte a vuestros gustos.
Pensad en las estupendas tardes que podéis disfrutar con esta maravilla.
La imaginación es vuestra, el trabajo dejádmelo a mí.